domingo, 21 de noviembre de 2010

OTRO FERREYRA del dolor -trabajo esclavo-

A la 1.35hs del día 19 de noviembre murió Ezequiel Ferreyra víctima de un tumor cerebral provocado por la manipulación de agrotoxicos. Ezequiel tenía apenas seis años de vida y desde los cuatro era esclavizado por la empresa avícola Nuestra Huella.

Su familia fué llevada al lugar con la promesa de un trabajo estable y una casa segura donde los niños crecerían en el campo y junto a la naturaleza abandonando al fin la pobreza extrema de misiones. Al llegar a la granja La Fernandez, la situación distaba mucho de lo prometido. Al padre lo pusieron a cargo de uno de los galpones, donde debía juntar miles de huevos por día, remover guano, juntar la sangre y distribuir el veneno; lo cual era imposible de realizar solo y el incumpliento de su labor ponía a la familia en el riesgo de quedar sin trabajo y en la calle -a miles de kilometros de su lugar de origen, parientes y conocidos- Por este motivo, su esposa y los niños comenzaron a participar en las jornadas infernales de producción. Todos trabajando a destajo por un único salario: el del padre (salario más bajo que el de un peón de campo). De esta manera, lo que es una ganga para los empresarios equivale y se convierte en muerte de los pequeños.


Vivir seis años sólo para eso; para sostener el gallinero del patrón. Pasar por esta tierra y este tiempo sólo para conocer el cansancio y la asfixia. Nacer con la deuda pegada a los pulmones. Vivir seis años Irse sin haber aprendido otra cosa que la letra del amo. Sin haber sido joven nunca. Sin haber gustado el mínimo deseo. Sin haberse perdido en el amor y regresado.
Vivir seis años sólo para eso; para conocer el cáncer. Para ser leído en la noticia del espanto sin dolencias. Y pasar como pasan las noticias, de la vida al olvido.
Porque a los señores no les llega el olor a bosta y muerte. Y ni la muerte les rompe los huevos.
El niño muerto es un in-significante social. La cifra los descuenta y desaparecen. Abran los poros No se salven Observen la letra pequeña La muerte no es juego de niños Aunque se jueguen la vida

7 comentarios:

  1. hoy he muerto Y fue gratis para el señor A mí me cobraban para vivir

    ResponderEliminar
  2. A mí me cobraban para vivir Y sólo me alcanzó para esta muerte Una pequeña y sola muerte

    ResponderEliminar
  3. Queda en nosotros que no sea el olvido. (Ya sé que no le devuelve la vida; pero si ni siquiera podemos eso, también estamos muertos, y en el peor de los sentidos.)

    ResponderEliminar
  4. ...y había una historiaotra...gracias vale,abrazos más

    ResponderEliminar
  5. Es muy triste esto que posteás Maritza. Una pena enorme. Te mando un abrazo y acompaño

    ResponderEliminar
  6. si marisa es triste...Lo posteo para que no se olvide...Y para que no se me olvide que todos somos semejantes a lo bello pero tambien a lo feo. Me gustaría seguir escribiendo otras cosas, como antes, pero esas otras cosas las puedo escribir cuando quiera...Además, aunque no me conforma, me ayuda decir que detesto estas aberraciones sociales. Por suerte, para muchos de nosotros siguen habiendo cosas bellas, vidas sanas y enteras; por suerte todavia tenemos tiempo de detenernos a sentir el sol y morir cuando la naturaleza lo determina. Por suerte, todavia alguien nos hace sonreir, y "eso" son "otros" poemas, sin duda los mejores del mundo porque reparten salud y no enferman como esto que ahora escribo para sanar un poco la pena. Y tal vez, tendría que decir lo lamento pero es un bajón: no puedo detener esta mano. Abrazo enorme

    ResponderEliminar